Barcelona está llena de rincones encantadores esperando a ser descubiertos, y para mí es un verdadero hallazgo cada vez que tengo la oportunidad de descubrir alguno de estos tesoros escondidos que tiene la ciudad. Esto es lo que sucedió el pasado viernes, cuando gracias a un amigo pude visitar la Torre de las Aguas del Besòs. Ubicada en el Poblenou, bien cerca de Diagonal Mar, esta es una construcción de la que hace dos semanas no conocía la existencia y que a partir de ahora recomendaré a todo aquel que me pida qué puede ver en Barcelona fuera del circuito más turístico.
En esta foto podemos ver las entrañas de la torre, por donde pasaban los tubos que debían conducir el agua hasta el depósito situado en lo alto.
La torre, obra del entonces arquitecto municipal Pere Falqués, nace como parte del proyecto empresarial iniciado por tres emprendedores, dispuestos a aprovechar el agua del subsuelo de Barcelona y abastecer a una ciudad en continuo crecimiento. Estamos hablando de finales del siglo XIX. Para hacerlo posible en 1881 se constituyó la Compañía General Anónima de Aguas, de Barcelona, Ladera Derecha del Besòs, que se instaló en unos terrenos de Sant Martí de Provençals, en los que se descubrió un pozo de agua potable procedente del río Besòs y desde donde se pretendían solucionar los problemas de sequía que padecía la ciudad. Así, comenzó esta aventura.
Pero desgraciadamente duró poco. Un demoledor informe del año 1890, en el que se decía que debido a las filtraciones procedentes del mar el agua no era buena ni para regar las plantas, supuso el fin de la compañía. A partir de aquí la leyenda rodea la desaparición de la Compañía y su torre. Se dice que Francisco Javier Camps, principal promotor de la empresa, se suicidó tirándose desde lo alto de la misma, al haber perdido toda su fortuna y la de su familia en este proyecto. Un proyecto que tan sólo duró 9 años.
Tramo de las escaleras que suben al mirador
Afortunadamente para nosotros la desaparición de la compañía no supuso la desaparición de la torre, que pasó a formar parte, primero de la Sociedad General de Aguas de Barcelona y posteriormente de la empresa Material y Construcciones, Sociedad Anónima (MACOSA), que mantuvieron la torre en pie. Actualmente la Torre de las Aguas forma parte del patrimonio de la ciudad, y gracias al Archivo Histórico del Poblenou se puede visitar por dentro.
Esta historia, mucho mejor explicada, es la que nos fue narrando Jordi, nuestro guía, mientras poco a poco subíamos los más de 300 escalones que hay hasta llegar arriba del todo, y es que si no recuerdo mal la torre mide 63 metros de altura. En la siguiente foto vemos uno de los carteles que encontramos en cada una de las plantas, donde hicimos una parada para tomar aire y para que Jordi nos siguiera contando, con verdadera pasión, la fascinante historia de la torre. En este punto ya estábamos a mitad de camino, a punto de sobrepasar el lugar donde se ubicaba el depósito del agua. En su día este tramo había que hacerlo por las escaleras exteriores, pero hoy en día, y por motivos de seguridad, estas escaleras no son accesibles.
Como podemos ver por las fotos cada planta es diferente, y a medida que nos acercamos arriba el espacio es más ancho y hay más luz.
En la foto inferior vemos el mecanismo interior de lo que a simple vista parece un reloj, colocado en la fachada (ahora una réplica, el original está dentro del edificio, en la Casa de Válvulas), y que servía para conocer en todo momento, mediante un sistema de boyas, cuál era el nivel del agua del depósito sin tener que subirse a comprobarlo.
Estamos a punto de salir a la terraza, y llegados a este punto vemos la escalera de gato por la que los operarios de mantenimiento debían trepar para llegar a la parte superior de la torre.
Y ahora sí, la recompensa después de subir los 300 y pico escalones, una vista panorámica de Barcelona de 360 grados. Como nosotros pedimos hacer la visita al atardecer pudimos disfrutar de unas magníficas vistas de la ciudad mientras se ponía el sol detrás del Tibidabo.
En Barcelona hay varios miradores, y éste es uno magnífico.
Poco a poco empezamos a bajar, y aún descubrimos un par de tesoros que nos habían pasado desapercibidos en la subida. El primero es esta baldosa, donde se ve un 68 dibujado. ¿Pero no habíamos quedado en que la torre medía 63 metros de altura? No os lo cuento, lo dejo como incógnita para que lo averigüéis cuando vayáis a hacer la visita.
Y el segundo esta inscripción pintada en la pared.
Ahora sí, llegamos abajo donde finalizará nuestra visita con una copa de cava. Las visitas se pueden hacer los sábados y domingos a las 11.15 y a las 12.30 pero si conseguís hacer un grupo de al menos 8 personas podéis concertar una visita nocturna, como hicimos nosotros. Huelga decir que la visita no es apta para personas con movilidad reducida o cochecitos de niños, ya que no hay otra manera de llegar arriba que subiendo por las escaleras.
Os dejo aquí el enlace a su página web, donde encontraréis toda la información referente al precio de las entradas y cómo llegar.
[Editado para añadir. Apunte aportado por el Archivo Histórico del Poblenou]
Si hoy día la Torre se puede visitar es porque la Fundación Agbar y el Ayuntamiento de Barcelona llegaron a un acuerdo para su rehabilitación, el coste de la cual pagó Agbar. Posteriormente, el Ayuntamiento ofreció un convenio al Archivo para la gestión de las visitas a la Torre, así como para que la Casa de Válvulas fuera la sede del mismo. Hoy día están pendientes de realización las obras para adecuar definitivamente la Casa de Válvulas como sede del Archivo Histórico del Poblenou.
Os recomiendo encarecidamente esta visita, vale mucho la pena.
Pues yo tampoco tenía ni idea de que existía. Pero parece que merece una visita! Además hay buenas vistas desde arriba!
Sí, la verdad es que merece muchísimo la pena. Es una de esas joyas que está escondida y ahora quieren darle visibilidad. Las vistas son una buena recompensa a los escalones, sin duda!
Yo tampoco sabía que existía, pero una visita se merece. Las vistas son geniales -aunque yo y mi vértigo… no sé si son mi compatibles- Pues nada, habrá que subir tooodos esos escalones 😉
No se hace nada pesado!!! El guía va haciendo muchas paradas y así vas recuperando el aliento 🙂