Que Cerdeña tiene playas paradisíacas es innegable. Quien viaje a la isla buscando bañarse en aguas color turquesa y calas casi desiertas sin necesidad de cruzar el Atlántico, en Cerdeña encontrará su paraíso particular. Pero tendrá que buscarlas un poco, eso sí.
Esta entrada la dedico única y exclusivamente a las playas que vimos y que más nos gustaron, con alguna recomendación de cómo encontrarlas. Tal y como ya expliqué en la entrada anterior, nuestra visita se ha limitado a la costa norte de la isla, que a su vez es la más turística, así que desconozco si toda la costa sarda es igual.
Empezamos por las playas de la región de Gallura, donde nos alojamos en primer lugar.
A escasos 4 kilómetros antes de llegar a Palau se encuentra una pequeña isla unida a tierra por una estrecho brazo de arena, donde se ubicaba nuestro primer cámping. Pues a lado y lado de este brazo, por el que a duras penas pasan un par de coches, se encuentra esta playa.
Un poco antes de llegar al mencionado brazo de tierra hay habilitada una zona de aparcamiento, de pago, obviamente. Los italianos son los reyes de las zonas de aparcamiento de pago al lado de las playas, por remotas y apartadas que estén éstas.
Una playa muy plana, con aguas calmadas y limpias hicieron que nuestra estancia en la zona fuera un poco más agradable.
Dejando de lado la Costa Esmeralda, la zona de playas por excelencia de la región de Gallura son las islas de La Maddalena. Este archipiélago está formado por siete islas, siendo Maddalena la mayor de ellas y la única habitada. De Maddalena a Caprera (lugar de retiro de Garibaldi) se puede acceder a través de un puente que las une. Para ir al resto es necesario hacerlo en barco. Para acceder a Maddalena es necesario coger un ferry en Palau, que tras una travesía de 15 minutos nos dejará en nuestro destino. El precio, al menos el de la compañía que nosotros cogimos, fue de 45€ ida y vuelta para dos personas y el coche. Ni se os ocurra ir a Maddalena sin coche u os perderéis sus playas.
Cala Garibaldi, en Isola Caprera.
Una vez llegamos a Maddalena tenemos dos opciones, o ir directamente a Caprera y sus playas o empezar a conducir por la carretera que bordea la isla en busca de alguna cala donde parar. Yo os recomiendo la primera opción ya que las playas de Caprera, o al menos la que descubrimos nosotros, son una verdadero paraíso.
Cuando lleguéis a Caprera fijáos mucho en los indicadores que encontréis en la carretera al borde de los desvíos. Aunque parezca que no llevan a ningún sitio, siguiendo un indicador de éstos nada más entrar en la isla fue cómo descubrimos Cala Garibaldi. Un paraíso donde apenas había gente y al que hubiéramos vuelto a bañarnos cada día si no hubiera sido por el precio del ferry.
Si optáis por la segunda opción, es decir, buscar alguna cala en Maddalena, encontraréis paisajes como este.
Pero sobre todo, hagáis lo que hagáis, no os quedéis en el pueblo. No tiene absolutamente nada que ver y no tiene playa, sólo puerto. De ahí que sea necesario llegar a la isla en coche (o en su defecto en barco que os deje ya en una de las calas).
Otro día, después de un intento fallido de visitar Olbia (del que ya os hablaré en otra entrada) decidimos buscar una playa por la zona así que le dijimos al navegador que nos llevara a la playa más cercana. Y fue en el Golfo de Aranci donde encontramos la Playa Blanca (Spiaggia Bianca). No sé si porque era domingo, porque el calor era infernal, o porque es una de las playas más conocidas de la zona, el caso es que no había lugar para plantar la sombrilla. A aproximadamente 500 metros vimos que había una pequeña zona libre de gente, así que allí que nos dirigimos. Cuando llegamos descubrimos por qué: resulta que el fondo era de rocas y algas y aunque el agua también estaba limpísima, bañarse en la playa no era demasiado cómodo. A pesar de eso, y muertos del calor, decidimos pasar allí un rato y refrescarnos como pudimos.
Uno de los pueblos más turísticos de la zona es Santa Teresa di Gallura y su playa tiene fama de ser una de las más bonitas. En esta no nos bañamos, sólo la visitamos al atardecer y aunque sí que se ve bonita, no deja de ser una playa urbana, nada que hacer frente a algunas de las calas casi desiertas que hay en la isla.
Vista general de la playa de Santa Teresa di Gallura
Por último cambiamos de zona y nos desplazamos hasta las inmediaciones de Alghero. A pesar de tener una playa larguísima (de Alguero a Fertilia hay una playa de 7km) ésta no vale nada. Ni el agua es turquesa ni muchas veces limpia, lo que es una pena. Para poder encontrar playas bonitas deberemos desplazarnos hacia el norte. Muy cerca de Alghero está la playa Le Bombarde, a la cual nosotros no fuimos porque el día que nos acercamos estaba llenísima de gente y apenas había sitio para aparcar. Pero sin tener que llegar a Stintino (también con mucha fama pero que tampoco visitamos) y a apenas 20 km de Alghero pudimos bañarnos en aguas cristalinas. Dirección norte, por la carretera que lleva a Capo Caccia, hay varias calas que también encontraremos por los coches aparcados en la carretera.
Y poco antes de llegar al cabo, siguiendo un camino que parte a la izquierda de la carretera, de casualidad encontramos esta playa. La cala es muy pequeña, con capacidad para muy poca gente y con la comodidad de que se puede llegar en coche hasta al lado mismo del agua. En ella sólo encontramos un centro de buceo, sin más servicios. Aunque no es una cala muy conocida es necesario llegar pronto si queremos tener lugar para plantar la sombrilla.
En estas maravillosas aguas pasamos nuestros últimos días en la isla. Nuestra experiencia nos dice que es cierto que en Cerdeña hay calas paradisíacas pero que es necesario buscarlas. No temáis coger el coche y alejaros de las ciudades, y sobretodo, tened en cuenta que para acceder a las mejores calas a menudo tendréis que aparcar a cierta distancia o conducir por caminos de tierra que parece que no llevan a ningún lugar. Si buscáis un poco encontraréis vuestro pequeño paraíso.
Qué bonitas playas hay en Cerdeña!! La verdad es que no tenía ni idea!! Y si que tienen pinta de ser paradisiacas!! Muchas veces he visto vuelos baratos a Alghero… Pero veo que para ver las playas haría falta alquilar un coche.
Saludos
Alghero vale mucho la pena, merece una escapada de fin de semana. Le dedicaré una entrada específica y podréis ver qué tal es. Pero sí, me temo que para conocer las playas hace falta un coche.