Después de cuatro días completos en los que habíamos podido visitar todo lo que nos habíamos propuesto, nos quedaba una mañana para deambular por la ciudad esperando a que se hiciera la hora de ir al aeropuerto y coger el avión de vuelta a casa. Nos planteamos volver a visitar Santa Sofía, pero las colas de la entrada nos hicieron desistir, y aprovechamos para visitar una última mezquita, por delante de la cual habíamos pasado cada día pero todavía no habíamos entrado: Yeni Camii o la Mezquita Nueva.
Se encuentra a orillas del Cuerno de Oro, justo frente al puente de Gálata, y es imposible no quedarse parado a contemplarla cuando vamos o venimos por el embarcadero. Creo que contemplarla de noche desde el puente es una de las imágenes que más me impactó de Estambul. Pudimos verla sin apenas gente y una vez más su interior nos encantó.
Estambul tiene montones de mezquitas y visitarlas todas debe ser poco menos que imposible, pero merece la pena entrar en unas cuantas y observarlas detenidamente, sobretodo las que no son tan turísticas y en las que no tendremos que pelearnos con montones de personas que intentan sacar la mejor foto.
El resto de la mañana lo dedicamos a pasear y degustar un té en la plaza Sultanahmet frente a Santa Sofía, una de las joyas de este viaje.
Cuando me preguntan si me gustó la ciudad mi respuesta es que no, y lo explico. Vi cosas que me gustaron mucho, muchísimo, vivimos momentos mágicos y la ciudad merece una visita, pero no es un lugar al que volvería con los ojos cerrados. La ciudad en sí me pareció caótica, a parte de descuidada, y la cantidad de gente que encontramos en todas partes añadido a las interminables colas para acceder a los palacios hicieron que terminara un poco harta de la ciudad. He estado cuatro veces en Londres y tres en París, y a cualquiera de las dos volvería mañana mismo, porque aunque no vaya a visitar nada concreto son ciudades por las que simplemente pasear por sus calles es una delicia (como hicimos en París este verano). Y Estambul no tiene esto. Estambul es una ciudad a la que vas a visitar monumentos, magníficos como ya he dicho, pero por la que no es agradable pasear.
Y ahora sí, con esta entrada doy por finalizado el relato de nuestro viaje a Estambul.