Si hay un lugar en Barcelona al que entro siempre que paso por delante es la basílica de Santa María del Mar. Para mí es una de las construcciones góticas más impresionantes que he visto nunca y que, no importa las veces que la haya visitado, siempre me deja con la boca abierta. Hace un par de meses tuve la oportunidad, gracias a GoBcn , de hacer una visita diferente. Diferente porque nos explicaron curiosidades de la iglesia que no sabía, y también porque al final de la visita tuvimos la oportunidad de subir a la azotea y contemplar una vista de Barcelona, sobre todo del Born, desde un punto de vista diferente . Miriam, nuestra guía, hizo que la visita fuera realmente amena y logró captar nuestra atención en todo momento. A ver si soy capaz de recordar todo lo que nos contó.
El punto de encuentro fue en el acceso principal, el que da a la Plaza de Santa María. Y aquí nos pudimos fijar en el primer detalle y nos desmontaron un mito. Estos hombrecillos que vemos en la puerta son los «bastaixos», personas que fueron cruciales para la construcción de la basílica porque fueron los encargados de transportar, desde la cantera de Montjuïc hasta aquí, las piedras con las que se construyó. Si habéis leído La catedral del mar seguro que los recordáis. Pero así como en el libro se nos cuenta que transportaban estas piedras a peso, desde Montjuïc hasta el Born, en realidad lo hacían por mar, porque además, en aquella época, el mar estaba mucho más cerca del emplazamiento de la basílica que ahora. Y sólo las tenían que cargar a cuestas el último trozo, una vez el barco llegaba al puerto. Sin embargo, no quiero desmerecer el trabajo que hicieron los «bastaixos» en la construcción de Santa María del Mar y que les valió ganarse el reconocimiento de todos, como lo demuestran estas figuritas. Si queréis saber más de la historia de la construcción de la basílica podéis ir a su página web .
Si os fijáis, todo el rato me refiero a Santa María del Mar con el término basílica, porque es lo que es, y no catedral , como mucha gente cree y que el título del libro ha ayudado a hacer extensivo. De catedral, en Barcelona, sólo hay una, la Catedral Basílica Metropolitana de Barcelona , donde radica la Sede del Obispado. ¿Quiere esto decir que una basílica no puede ser catedral? No, son cosas diferentes y no necesariamente excluyentes. La catedral es la sede del obispado, como he dicho antes, y por lo tanto en cada ciudad que sea sede episcopal sólo podrá haber una. Y el edificio que lo acoge puede ser una basílica u otro tipo de templo. Basílica es el término arquitectónico, de origen romano, que hace referencia a aquellas iglesias la planta de las cuales es un paralelogramo donde la anchura no es ni mayor a la mitad de la longitud ni menor a un tercio de la misma. Sólo en la ciudad de Barcelona hay nuevo basílicas y quince más en toda Cataluña, algunas de las cuales, como es el caso de Solsona, Tarragona o Vic, también son catedral.
Otro punto muy importante en la construcción de la basílica es que fue llevada a cabo en tan sólo 54 años, y eso hace que no haya mezcla de estilos y sea un ejemplo claro y puro de gótico catalán. Su construcción se comenzó en 1329, sobre una antigua capilla conocida como Santa María de las Arenas, la cual se les había quedado pequeña, y se acabó en 1384. Pero su aspecto no era el actual, porque a lo largo de los siglos Santa María del Mar ha sufrido varias destrozos, provocados por terremotos e incendios, el más grave de los cuales al inicio de la revuelta que terminaría en la Guerra Civil, y que hizo que la basílica ardiera durante 11 días seguidos.
Cuando entramos dentro de este magnífico edificio la tentación es elevar la vista hacia el techo, pero Miriam, nuestra guía, hizo que nos fijáramos en el suelo y en las lápidas que había.
Y es que dentro de Santa María del Mar hay sepulturas, las de los miembros de los gremios que pagaban para ser enterrados en el templo. En la foto anterior vemos la lápida de un zapatero y en la posterior la de un sombrerero. Algunas están mejor conservadas que otras, tal vez porque han tenido la suerte de que pusieran un banco encima y eso hace que no estén tan pisadas. Pero también debemos tener en cuenta que no es del todo seguro que debajo de estas lápidas haya los restos de los señores Francisco Tallan o Pau Puig, ya que tras el incendio al que nos hemos referido antes, la basílica quedó muy dañada y las lápidas tuvieron que ser recolocadas.
Las obras de restauración de la basílica se llevaron a cabo a partir de los años 50 del siglo XX, con la ayuda de las instituciones de la ciudad. Es por ello que, si os fijáis bien, en una de las vidrieras encontramos el escudo del Barça: fue la manera de dar las gracias a la institución, que pagó la reconstrucción de la vidriera en cuestión.
Este rosetón que vemos abajo también tiene su historia, y es que durante la procesión de Corpus del año 1428 y debido a un terremoto que tuvo su epicentro en los Pirineos, cayó a la calle y mató a docenas de personas que había esperando para ver pasar la comitiva.
Miriam nos explicó muchas más historias sobre la construcción de la basílica, pero el hecho de que no tomara apuntes y que a menudo me despiste del grupo para hacer fotos, hace que no las recuerde todas. Así que ya que no os puedo explicar más cosas, como mínimo disfrutad de las fotos que hice.
Cuando terminamos la visita en el interior, y antes de subir a la azotea, salimos a la calle, donde nos enseñó un par de curiosidades más. Esta foto de abajo está hecha en la fachada lateral, la que hay delante del Fossar de les Moreres. En ella se intuye, en el círculo superior, la cara de un santo.
Pero si pasamos la foto a negativo vemos que la cara del santo se ha convertido en el Ojo que todo lo ve dentro de un triángulo. ¿Lo veis?
También nos hizo notar que, encima de la puerta principal, si nos fijamos, vemos que hay restos de la antigua decoración. En la fotografía de abajo he abusado de la técnica del HDR para resaltar los colores.
A la derecha de la fotografía, encima de la cabeza de la figura que está arrodillada, se distingue la cabeza de un animal que no sabemos muy bién qué hace.
Ahora sí, subimos a las azoteas. El ascenso se hace por una escalera de caracol más bien estrecha, que no da miedo porque en ningún momento vemos la calle, pero no apta para personas con problemas de movilidad. La visita sólo se puede hacer con el guía oficial de Santa María del Mar, es por este motivo que nos acompañó otra persona y Miriam se quedó en segundo término. Nos volvió a contar un poco la historia de la construcción de la basílica pero nosotros ya no la escuchamos, sólo teníamos ojos para las magníficas vistas de los tejados del Born.
Y con esta vista aérea del Fossar de les Moreres acabamos nuestra visita.
La entrada a Santa María del Mar es gratuita. La visita con GoBcn vale 14 euros por persona e incluye la subida a la azotea. También podeis contratar la visita directamente a los guías de Santa María del Mar (10 €), que incluye las azoteas, las cantorías y la cripta pero no por el interior del templo. Sea como sea, si tenéis la oportunidad no dejéis de hacerla.