Como ya conté en mi primera entrada, en Cerdeña pudimos hacer menos turismo del que nos hubiera gustado. Aún así pudimos visitar unos cuantos pueblos, los que estaban a menor distancia de nuestros alojamientos y permitían ir pasadas las siete de la tarde. Veréis que ésta será un entrada un poco más larga de lo habitual, con unas cuantas fotos de cada uno de los pueblos que merecen ser mostradas pero no dan para una entrada individual. No pongo nada de Alghero, que lo reservo para la próxima entrada, ya que este pequeño pueblo con reminiscencias catalanas sí se merece una entrada propia.
Maddalena
Después de pasar el día en las fantásticas playas de Isola Caprera nuestra intención era pasear un poco por Maddalena, ciudad principal de la isla con el mismo nombre y donde nos dejó el ferry que nos llevó desde Palau.
Es un pueblo muy pequeño en el cual supongo que, a partir de la caída del sol, hay bastante animación, pero a las dos de la tarde os aseguro que no se ve un alma. Por eso acabamos dentro del coche, con el aire acondicionado, dando vueltas por la isla hasta que se hizo la hora de coger el ferry de vuelta.
Olbia
En Olbia encontramos la Basilica de San Simplicio, del sigol XI, la cual no pudimos visitar por dentro porque estaban celebrando misa.
Del resto del pueblo nada que destacar. Después de intentar pasear sin encontrar a nadie y de que nos cobraran 6€ en una terraza por una cerveza, nos dimos cuenta que nuestras vacaciones en Cerdeña se iban a centrar en ir a la playa.
Santa Teresa di Gallura
En la entrada sobre las playas de Cerdeña ya os mostré la playa de esta pequeña población costera. Bonita para pasear al atardecer, con la Torre Spagnola como elemento destacado, desde la cual se pueden contemplar unas magníficas vistas.
Estas escaleras nos llevan desde la playa a la Torre Spagnola
Palau
Palau no tiene nada, literalmente. A parte de ir a coger el ferry para ir al archipiélago de la Maddalena, no vale la pena acercarse al pueblo. Lo único destacable, y que está en las afueras, es la Fortalezza Monte Altura.
A la fortaleza se accede con visitas guiadas, la última a las 7 de la tarde, así que si queréis visitarla tened en cuenta los horarios. Nosotros llegamos tarde y nos tuvimos que conformar con verla desde fuera.
La Basilica della Santissima Trinità di Saccargia
Por supuesto esto no es un pueblo, es una basílica que se encuentra al lado de la carretera, muy cerca de Sassari.
Iglesia de estilo románico-pisano del siglo XII, es una de las más famosas de Cerdeña. Se accede a ella desde Sassari dirección Olbia y es fácilmente reconocible. Amantes como somos del románico no podíamos dejar pasar la oportunidad de visitar esta iglesia, que nos sorprendió tanto por su belleza como por la piedra negra basáltica con la que está construida.
Antiguamente estaba unida a un convento del que tan sólo quedan unas cuantas piedras en pie.
El precio de la entrada es de 2€ y la visita dura una escasa media hora, así que si estáis en Sassari o simplemente la veis pasando por la carretera, sobretodo no perdáis la oportunidad de parar y visitarla.
Sassari
Segunda ciudad de Cerdeña y la única de las más importantes que está situada en el interior, su visita nos reconcilió un poco con la isla. Gracias a que bajaron un poco las temparaturas aquí sí que pudimos pasar el día.
Sassari se encuentra en la zona noroeste de la isla, a una media hora en coche desde Alghero, y de acceso fácil y rápido (uno de los pocos que encontramos en la isla), ya que se llega por autovía.
No es una ciudad turística como las de la costa pero quizás por eso es más auténtica, y cuando paseamo por sus calles lo estamos haciendo por un verdadero pueblo sardo, no un lugar destinado única y exclusivamente a los montones de turistas que cada verano invaden la isla.
La entrada a la ciudad no es nada agradable. La autovía que nos lleva desde Alghero entra en Sassari a través de un polígono industrial con un gran centro comercial y un cruce de carreteras. No os dejéis engañar por esta primera impresión y seguid conduciendo dirección al centro, y cuando dejéis atrás la zona más moderna os encontraréis con una ciudad que se merece una visita.
Subiend por el Corso Trinità y escondida en una plaza pegada a la Iglesia de la Santissima Trinità encontramos lo que para nuestro gusto es lo mejor de Sassari, la Fontana di Rosello.
A pesar de ser una gran ciudad, paseando por el centro encontarmos callejuelas como estas, que nos transportan a lo que todos tenemos en mente cuando pensamos en una villa italiana.
Castelsardo
Castelsardo fue el último pueblo que visitamos en Cerdeña, ya con el coche cargado y mientras hacíamos tiempo hasta que llegara la hora de dirigirnos al puerto a embarcar. Está a una distancia razonable de Porto Torres, donde debíamos coger el barco que nos llevaría de vuelta a Barcelona y nos pareció una buena idea para pasar nuestro último día en la isla.
A nosotros nos recordó Peñíscola, pueblo costero y turístico con una zona de playa y un casco antiguo, en lo alto de una colina, dominado por un antiguo castillo.
Dejamos el coche en la parte baja del pueblo, junto a la playa, y llegamos al casco antiguo subiendo tramos de escaleras y más escaleras. Otra vez más nos llevamos la impresión de que era un pueblo bonito… para visitarlo a la caída del sol, no a las tres de la tarde.
Las estrechas y empinadas calles del casco antiguo están llenas de restaurantes y bares, donde podremos buscar alguna sombra y sentarnos a recuperar fuerzas y protegernos del sol.
Después de visitar unos cuantos pueblos, pocos para nuestro gusto, nos reafirmamos en la idea de que Cerdeña es una isla a la que ir en primavera si lo que se pretende es hacer turismo, y sobretodo cambiar de alojamiento cada día o cada dos días, ya que ninguna de las poblaciones que visitamos es lo suficientemente grande para pasar allí más de un día. De hecho, en algún pueblo con una tarde tendremos más que suficiente.
Para la siguiente entrada me dejo enseñaros las fotos de Alghero y la Gruta de Neptuno, sin duda uno de los puntos fuertes de la isla.
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