Casi dos meses después de haber vuelto y una vez me he puesto al día con las entradas sobre Estambul, empiezo con el relato de lo que ha sido nuestra ruta de este verano: casi tres semanas recorriendo la parte occidental de Alemania, de sur a norte, pasando por las ciudades más emblemáticas de este país que personalmente me tiene el corazón robado.
Y si vengo a hablar de Alemania, ¿por qué el título de la entrada es «Un paseo por Lyon»? Pues porque si vas en coche desde Cataluña a Alemania no tienes más remedio que cruzar Francia, y ya que la tienes que cruzar qué mejor que aprovechar para visitar alguna de sus ciudades. El primer año que hicimos este tipo de ruta aprovechamos para conocer Clermont-Ferrand, el segundo Grenoble y este año le ha tocado el turno a Lyon. Capital de la región de Ródano-Alpes y tercera ciudad en importancia de Francia es grande pero con un casco antiguo, en una isla formada en medio del río, pequeño y agradable para pasar una tarde paseando.
Nos pusimos en marcha muy temprano, a las seis de la mañana ya estábamos en la carretera, porque queríamos llegar a Lyon a la hora de comer y aprovechar la tarde para pasear y visitar la ciudad, y así lo hicimos. Después de pasar por el hotel a dejar parte del equipaje y comer un poco nos pusimos a caminar, en busca del casco antiguo. El hotel estaba situado a unos 20 minutos andando del centro, lo que nos permitió estirar un poco las piernas después de casi ocho horas metidos en el coche.
Supongo que porque era domingo, pero hasta que no llegamos al centro no encontramos animación, las calles y las avenidas estaban bastante desiertos. Pero fue cruzar el río, adentrarnos en la parte vieja y ver cómo cambiaba la cosa.
El casco antiguo es muy bonito. Desconozco si es original o restaurado, pero está lleno de callejuelas estrechas de adoquines y de vez en cuando plazas llenas de terrazas donde poder sentarse a disfrutar de una buena comida (caro, no olvidemos que estamos en Francia) o simplemente una cervecita al fresco.
Yo no diría que Lyon es una ciudad a la que vale la pena ir a propósito pero sí parar en ella si te viene de camino, como era nuestro caso. Nuestra guía mencionaba el barrio de La Croix-Rousse, el lugar donde antiguamente estaban situados los talleres que trabajaban la seda, material del que Lyon era un gran productor. Nosotros no lo visitamos, así que desconozco si vale la pena pasar por allí.
Lo que más nos llamó la atención cuando llegamos a Lyon fue un edificio que encontramos encaramado en lo alto de una colina: la basílica de Notre Dame de Fourvière.
Visto desde abajo el edificio es impresionante. Para acceder a ella hay que coger el funicular que sale de la zona del casco antiguo (está señalado con carteles por la calle para poderlo encontrar) y que cuesta1,70 € por persona subir y bajar. Cuando llegamos arriba (el trayecto es muy corto) nos encontramos a los pies de la basílica. Y si la vista del edificio por fuera es magnífica por dentro es decepcionante. No tengo ni una foto de su interior de fea que nos pareció. Lo que vale realmente la pena de subir hasta este cerro son las vistas sobre la ciudad. Para eso sí que vale la pena pagar el 1,70 € del funicular. Supongo que se debe subir también caminando, pero ni lo quise averiguar.
Después de pasear un rato por allí volvimos a bajar a la ciudad a buscar un lugar para cenar que no fuera excesivamente caro, que no era cuestión de gastarse el presupuesto del viaje en una sola noche. Al día siguiente nos esperaba otra buena tirada de coche hasta llegar a nuestro destino, la Selva Negra.
Pues con mucho interés seguiré esas entradas sobre la ruta por Alemania.
La verdad Lyon está francamente bien, y como dices, ya que se pilla de paso, pues una parada muy entretenida 😀
Desde luego, nosotros siempre aprovechamos estas paradas para conocer ciudades que, de otra manera, quizás no iríamos. Así a lo tonto cada vez conocemos más ciudades de Francia.
Hola,
La propera visita que feu a Lyon ja saps que et toca: Croix Rousse i Presqu’ile, 2 barris que també tenen molt encant. Salutacions
En prenc nota. Gràcies, Dani!!