Entramos a Toledo por el Puente de Alcántara, después de dejar el coche en la zona de aparcamiento que hay justo debajo. Y ya aquí vemos los primeros signos de la historia que impregna la ciudad, el escudo de los Reyes Católicos. El yugo y las flechas, símbolos de Isabel y Fernando, están presentes en muchos de los monumentos de la ciudad.
Después de subir cuestas y más cuestas, y cuando ya casi nos quedamos sin aliento, llegamos a la Mezquita del Cristo de la Luz.
De los seis monumentos incluidos en la pulsera turística es el que está más apartado, aunque en Toledo, debido a sus dimensiones, nada se puede decir que esté apartado. Yo os recomiendo que empecéis la visita por aquí y después os desplacéis a la judería.
La Mezquita del Cristo de la Luz es un edifico del siglo X y es el único conservado anterior a la Reconquista cristiana. No se pueden hacer fotos del interior, así que las que tengo son todas de las jardines. Desde ellos podremos ver otra de las puertas de la antigua muralla, la Puerta del Sol.
Construida durante el siglo XIV, es un ejemplo de arquitectura mudéjar.
Desde aquí, siguiendo un laberinto de callejuelas que atraviesa la ciudad, llegamos a la Iglesia de San Ildefonso.
Una imponente fachada barroca nos da la bienvenida a esta iglesia jesuítica, construida en uno de los puntos más altos de la ciudad y desde cuyas torres se tienen unas magníficas vistas de los tejados toledanos. Pero primero echemos un vistazo a su interior, ya que aquí sí me permitieron usar la cámara.
Unas cuantas escaleras, las últimas algo empinadas, nos subirán a las dos torres desde las cuales podremos contemplar esta magnífica vista.
Como podéis ver, Toledo es una ciudad preciosa, tanto a pie de calle como desde las alturas.
Como ya dije en mi anterior entrada, aunque no está incluida en la pulsera turística, si hay alguna visita imprescindible en Toledo es su catedral. Os pongo el enlace a su página web, donde encontraréis la historia de la misma y algunos datos prácticos.
No tengo fotos de su interior, bueno, más bien no tengo fotos de calidad, pero sí alguna de su impresionante claustro. De mis anteriores visitas a Toledo guardaba dos recuerdos y uno era el de esta magnífica catedral.
Salimos de la catedral para dirigirnos a la Iglesia de El Salvador, construida sobre una antigua mezquita hispano-musulmana. Lo más característico es la columna visigoda que podemos admirar en su interior.
Las características columnas árabes, presentes en las iglesias toledanas, le dan un aire muy peculiar a todos estos munumentos. Se hace raro pensar que estamos dentro de una iglesia mirando sólo las columnas, más propias de otro tipo de construcciones.
Otro de los recuerdos que guardaba de Toledo era la visita a la Iglesia de Santo Tomé, o más concretamente, la visión del Entierro del Señor de Orgaz. Esta magnífica obra del Greco es uno de esos cuadros que te enseñan en el colegio cuando eres pequeño y te queda grabado en la retina para siempre. Obviamente no se pueden hacer fotos al cuadro, así que de aquí tengo tan solo una foto de la fachada. Pero si por casualidad queda alguien que no sabe a qué cuadro me refiero, aquí os dejo el enlace a la Wikipedia con una reproducción del mismo.
Antes hablaba de columnas, pero si hay unas columnas archiconocidas en Toledo, reproducidas en infinidad de fotos, son las de la Sinagoga Santa María la Blanca.
Construida a principios del siglo XIII, está formada por cinco naves separadas por estos arcos de herradura tan característicos de la arquitectura árabe.
Y saltamos a la última de las visitas imprescindibles de Toledo, el Monasterio de San Juan de los Reyes. Mandado construir por Isabel la Católica para que les sirviera a los Reyes de descanso eterno después de su muerte (aunque finalmente fueron enterrados en Granada), es una obra magnífica mezcla del gótico y el mudéjar.
Una de las partes que más destaca es el claustro, con un magnífico techo artesonado de madera lleno de referencias a los Reyes Católicos. En esta primera foto vemos destacada en azul la letra Y, con el yugo en la parte superior y la inscripción «tanto monta» debajo.
En esta otra vemos que la que destaca ahora es la F, con dos leones guardando la construcción y de nuevo la inscripción «tanto monta» esculpida en la piedra.
Son muchas las cosas que Toledo tiene que ofrecer pero si aprovecháis bien el día podéis visitar unos cuantos monumentos, ya que algunos son pequeños y se pueden ver en poco tiempo.
Ya al anochecer nos acercamos a la Puerta de Bisagra, otra de las estampas típicas de la ciudad. El arco de entrada está flanqueado por dos torreones semicirculares, y en la portada se puede ver el escudo de Carlos V.
Y si el día que llegamos pudimos observar una magnífica vista de Toledo desde la carretera que nos lleva a Los Cigarrales, la última noche nos despedía con esta estupenda panorámica nocturna.
Los monumentos de la ciudad sólo se iluminan en fin de semana y esta foto está tomada en miércoles, pero con un trípode y un poco de paciencia conseguí capturar esta bonita estampa de la capital manchega.
Hasta aquí lo que dio de sí nuestra escapada de dos días a Toledo. Una ciudad preciosa que seguro que no os dejará indiferentes.
Unas imajines preciosas De profesional
Gracias!